Vuelvo del súper de al lado de casa con una sonrisa que ya le gustaría a la Kidman. Y es que, Montpellier carece de wifi hotspots (o como dicen los franceses "point chaud", que no puede sonar más ridículo, en esa obsesión de obviar los extranjerismos), pero tiene todos los productos que he echado de menos en Alemania. Pipas; check, gazpacho El Valle; check, quicos; check, aceite de oliva (a precio razonable); double check. Estoy preparado para una noche de viernes perfecta: aunque creo que pasaré sin beberme el aceite de un copazo, que bastante tengo con lo que tengo.
Cena de hoy por mi alemán (véase, Olaf a partir de ahora): tartar de salmón, pasta con frutos del mar (jajajajajajajajajajajaja), cheesecake con arándanos, botella de vino blanco y a correr (eso mañana, que no quiero volver a ser Chenoa, expresión que siempre me recordará a mi amigo Diego, al que adoro).
Pobre Ángel, pobres hijos... No me extraña que ahora se llamen "El Gabildo". Y es que tener como apellido "Sarasa" tiene que joderte la vida desde el principio . Una aceituna a su salud y un beso a toda esa familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario