domingo, 15 de septiembre de 2013

Reset

Lo he intentado, os lo prometo. Lo he intentado mucho, muchísimo me atrevería a decir. En infinidad de ocasiones, me he sentado delante del PC con la clara idea de echaros algo de comer, aunque fuera poco, y así arrancaros una sonrisa (necesaria en estos tiempos que corren) y alimentar de paso mi ego que tiende a pasar hambre... El resultado es claro; más de seis meses en blanco, varias entradas que se me antojan irrecuperables (aunque guardadas en "borradores") y ese temor tan presente en los inseguros, que no hace sino crecer de forma exponencial según pasa el tiempo. El problema ha sido siempre el mismo; escribo algo, lo leo, lo detesto, lo cambio, lo reescribo, lo vuelvo a detestar: no hay humor por ninguna parte. Todo es negro en unos meses sin nubes. No lo entiendo, me cuestiono, me frustro, me detesto por haber borrado el primer trozo que, una vez leído el segundo, se me antoja que no era tan horrendo, fumo, me masturbo un poco para ver si eso me devuelve la inspiración y finalmente, lo dejo aparcado cerca del olvido, como casi todo. Y así he pasado los meses... sin entradas y volcado en el onanismo.

Sin embargo llevo días cuestionando mi método de trabajo (jajajaja). Si no soy capaz de escribir algo divertido, si mi lenguaje ya no es fresco y desvergonzado y si mi mente ya no es tan ocurrente como antes, mejor lo acepto cuanto antes, escribo lo que salga y me doy con un canto en los dientes.

Y hablando de humor y piñata (tema de rabiosa actualidad, jajaja), vamos con un blanco fácil; Annie Bottle... Tan risueña, tan divertida, tan fresca, tan maja, tan lista y sobre todo tan británica ella.
Ana, cariña... te perdono (a medias) que no sepas inglés (no eres la única, desgraciadamente)... te perdono también que te aprendieras el discurso tan de memoria que resultara menos natural que el mejicano de tu marido, te perdono incluso que fueras tan inmensamente torpe de no tener el ojo de ponerte los cascos de traducción simultánea y no entendieras la pregunta en inglés y me hicieras pasar un bochorno inconmensurable con tu respuesta al verte repetida en TODOS los zappings del universo... Eso te lo perdono.
Sin embargo, querida Botella, no te lo perdono todo... no mi amor. No te perdono que fueras elegida a dedo ("to be who is" como Paris Hilton en uno de los mejores Celebrities, jajajajaja) , que sigas casada con alguien a quien yo considero un asesino y al que defiendes con uñas y dientes (jajajaja), que tengas un mayordomo cuya única función es servir café en un ayuntamiento que ha costado la friolera de 500 millones de euros, que te vayas a la peluquería en coche oficial (Madrid tiene más de 250 coches oficiales!!!!!!???????!!!!!!) acompañada de tus guardaespaldas, etc... No nombro todos los etcéteras, por ser entre interminables e infinitos y por carecer de tiempo e interés, para qué nos vamos a engañar.
Y sobre todo, cariño, no te perdono que con la que está cayendo sigas teniendo esa mirada altiva, prepotente y soberbia (que parece de enseñanza obligatoria en tu partido) que nos regalas en cada aparición pública, como si se tratara de un ejercicio (simulado y asqueroso) de indulto colectivo.
Sí, Botella, sí. Nos hemos reído mucho de ti, de tu inglés y de tu torpeza. Y nos hemos reído (con ganas) teniendo en cuenta todo lo nombrado anteriormente, porque me da, querida amiga, que no soy yo el único que no te lo perdona.

De nada.

jueves, 10 de enero de 2013

Per molts anys

Eres muy marica, cariño. Eres tan inmensamente marica, que no eres marica y no hay cosa que a mí me pueda poner más burra que un marica, heterosexual. Pero aunque seas hetero, eres muy marica, mucho, que quede claro.

Nos conocimos en nuestros años mozos, en aquel tiempo pasado que siempre recordamos como mejor, aunque quizás no sea verdad. Éramos más jóvenes, más golfos, más gordos o delgados, igual de guapos, de majos, de altos... y menos listos, menos preparados y sobre todo, menos maricas; sobre todo, tú.

Y el tiempo, que así lo ha querido, ha decidido que años después sigamos contando el uno para el otro, aunque sea de forma virtual. Sé poco de tu vida... tú de la mía sabrás algo más por las sandeces que escribo en facebook, pero da igual. Da igual, porque sé que cuando nos juntemos de nuevo, que lo haremos, el tiempo habrá pasado en el calendario, pero no en el corazón. Y en seguida nos volveremos a reír de las mismas tonterías... tú de mí, que no es difícil, yo de ti y de lo marica que eres y los dos de nosotros y de lo absurdos que podemos llegar a ser.

Felicidades, Montxo. Me ha costado horrores no poner paréntesis... pero estás muy mayor y sé que te marean.


miércoles, 2 de enero de 2013

A.

Hablo (porque aunque no oiga su voz, me la sé de memoria) con la grandiosa A. vía correo electrónico sobre varios aspectos sinsentido (pero interesantísimos, como por ejemplo del tiempo tropical de Bilbao) y de repente llegamos a un tema de vital importancia (nos pasa pocas veces). Estamos de acuerdo en que, vale que el mundo en general no va del todo bien (entiéndase el eufemismo), PERO, que ya está bien de lamentaciones, de negatividad, de que todo sea oscuro, de ese pesimismo tan agobiante y tan terriblemente palpable. Que estamos hartas de oír lo maravilloso del pasado, de lo jóvenes y lozanos que éramos, de lo genial de nuestro ex-trabajo y de nuestra ex-vida, con nuestro ex-sueldo en nuestro ex-palacete (porque somos señoras de bien) en compañía de nuestro ex-perro. Tanto A (diosa donde las haya) como yo, hemos tenido que sacrificar MUCHAS cosas durante nuestra vida en busca de un futuro mejor y de ahí nuestro lema (del que también hablamos via mail), y que hemos decidido compartir contigo porque somos así de majas. Dice así:

Querida amiga;  entendemos que te disguste tu vida, que estés aburrida, muy asqueada, que los gases de tu pareja ya no te hagan gracia (es un decir), que tu trabajo (si es que tienes) no te satisfaga, que se te haya estropeado el coche (o que carezcas de uno) y que el transporte público te produzca alergia (a nosotras también), que estés frustrada porque te has puesto como una auténtica cerda durante las navidades (nosotras igual), que te dé asco tu casa, que odies el frío... chica, que lo entendemos todo y mucho de ello, también lo compartimos, PERO y aquí radica la auténtica diferencia (entre tú, querida amiga, y nosotras), hemos decidido dejar de quejarnos y entregarnos a un plan de acción, que como somos tan inmensamente generosas, también pasamos a compartir:

Si no te gusta tu vida, la cambias, cielo. Sí, bien sabemos que es difícil (que no imposible) y que es mil veces más sencillo lamentarse, PERO hija mía, ya has visto que eso no te lleva a nada. Si no hay trabajo en tu país, emigra, que nos da a nosotras que la Vírgen del Rocío no te va a salvar de la lista del paro, por mucho que se empeñe la ministra Báñez. Si no te gusta tu pareja, pues la dejas, o la cambias, o te vas a vivir a una comuna y practicas el amor grupal (del que somos fans, que no seguidoras), y si te molesta tu aspecto porque engulles cien mil calorías por día (o por hora), pues cierras el buche o te pones a correr un rato, bonita (gracias Loca de Mierda por esta frase genial). 

Y, si a pesar de todo, quieres seguir igual (estás en tu derecho amiga, faltaría más), haznos el favor de quejarte en silencio, como cuando tienes hemorroides... que ya está bien, no crees?

Acabamos esta entrada, redactada a cuatro manos, con una frase copiada de un blog genial (http://espacesinstants.blogspot.com.es/) y escrita por Almudena Grandes para El País:

 "Sean fuertes, por favor, y sean felices.
Porque la felicidad es la mejor manera de resistir."

Un beso,

Arrate y Dani