miércoles, 27 de abril de 2011

Los alemanes, reciclan. Primera parte

Nos duele la espalda, a los dos. Nos duele desde que llegamos, así para empezar disfrutando a la par. Y si por lo menos fuera por haber follado demasiado (ya se sabe, un empujón pelín bestia que te disloca la columna, un beso, mamá, jajajaja), pues pase. Pero no es el caso. No es por eso, desgraciadamente. Podría ser por cargar muebles de ese sitio al que a partir de ahora llamaré "el infierno" (ver posts anteriores), pero es que no quiero ni planteármelo, que me pongo de mal café, y no es plan con el día tan ideal que hace.
Mi alemán decidió desde el principio que en el infierno no íbamos a comprar un somier y que dormiríamos con el colchón en el suelo, rollo hippie pero en pijo (porque vivimos en un palacete). Yo, que ya me he resignado, acepto por no discutir (por respeto a los vecinos, no a al alemán, que conste). Como los dos pasamos de los 25, no tardan en llegar las molestias... Acabamos con la espalda con una almendra garrapiñada. Entonces yo, que puedo ser tremendamente coñazo cuando me pongo (cuando no me pongo, también), le digo que por qué no vamos al infierno (sabiendo que ir le pone tó burro) y nos compramos una cama, que se me antoja esencial. Y en ese momento veo que gira el gesto y me dice que tiene una idea, pero que todavía no la tiene del todo clara en su mente. Le miro y tiemblo, pero no digo nada (otra vez por respeto a los vecinos) y decido darle dos días de tregua.
Amanece que no puede ni levantarse de la cama, yo sonrío con malicia (aun sabiendo que me toca el día de enfermera, no sexy, desgraciadamente) y vuelvo al ataque... Más pesada que una vaca en un párpado:
- Olaf, guapo (con ese tono condescendiente que suelo tomar en estas charlas y que él detesta), mira cómo estás, postrado en la cama como un señor mayor... Esto no puede seguir así. Mira, si quieres voy al infierno solo y compro yo la cama, mientras tú descansas (yo sabía que jamás de los jamases accedería a que comprara algo como eso yo solo, porque el buen gusto en muebles no es mi fuerte, que digamos), y desde su delirio por el terrible dolor (y los relajantes musculares mezclados con paracetamol), me suelta:
- Vamos a hacer una prueba (vuelvo a temblar); ¿te acuerdas de las cajas de cartón de la mudanza, me dice, y yo le digo, sí (cómo olvidarlas)... ¿Quieres que las lleve a Ikea para reciclar, le digo yo, tratando de escurrir el (o los) bulto(s)? (ocupan muchísimo sitio en el trastero, aún plegadas). Y va y me suelta; no, vamos a montar 24...Y en ese momento sí me oyeron los vecinos (lo siento)... Le digo: ¿¿¿¿¿¿Perdona???????

Como es quien es ( y porque no me quedaban más cojones), accedí. Las montamos, las pusimos boca abajo, las unimos con esparadrapo, pusimos el colchón encima y le dije a mi alemán; yo esta noche duermo en el sofá.
Él, se tiró con sus 95 kg con fuerza sobre la cama... Y esta no cedió. Lo hizo varias veces, lo que me tranquilizó (un poco). Entonces, me senté delicada y elegantemente (como si fuera una noble británica, jajajaja) sobre la cama improvisada. Aguantó casi 200 kg... (joder con los cartones, pensé yo).

Olaf se quedó dormido en el sofá (no es listo el cabrón), y yo en la cama (mientras leía) sobre cartones, como un mendiga.

domingo, 24 de abril de 2011

Ikea 2

Soy supertranquilo. Lo soy y punto. Eso es así. A mí nada me enerva, nada me saca de mis casillas, bien lo sabéis. Los que habéis trabajado conmigo conocéis mi carácter pausado, relajado, mi bajo tono de voz y esa necesidad de silencio a mi alrededor. Los que no, también, porque desprendo armonía por todos los poros (abiertos) de este cuerpo. Hablo poco y odio a la gente que habla fuerte, me gusta escuchar la música clásica bajita y leo a Baudelaire desde pequeño (y olé).
Bueno, pues ayer se me llevaron los demonios y faltó que me saliera espuma por la boca para ser la niña del exorcista. Cuando por la mañana (07:30) tiene a bien levantarse (hay que joderse, porque no se levantaba tan pronto ni cuando trabajaba), mira por la ventana me mira a mí (yo tiemblo, temiéndome lo peor y se me sacuden las legañas de golpe) y me suelta (con media sonrisa en la cara):
-Llueve, o sea que te puedes olvidar de lo de la playa, baby (creo que me dijo, colmando el cinismo). En cambio, hace un día perfecto para ir al Ikea.
El grito lo oyeron desde Marrakesh (me lo confirmó unas horas después Gina por señales de humo. Una de las señales añadía: me has despertado, cabrona). Y es que en ese momento yo ya sabía que no había nada que hacer y que acabaría yendo sí o sí. Para los que os hayáis incorporado tarde al blog, os explico; hemos ido tres veces ya en menos de diez días. Dos veces; coche lleno, el tercer día nos lo tuvieron que llevar a casa, porque mi alemán a veces confunde su deportivo con el tráiler de la Bobby y la Jane (nuestras amigas lesbianas), que tienen la misma obsesión que Olaf con el gigante sueco, pero trasladada al Leroy Merlin. O la de mi padre con el "punto verde" (esto lo explico otro día, que lo suyo es mucho y da para 351 posts).

(Nota mental: céntrate, que te pierdes mucho cuando abres la bocaza)

Pues eso, que me puse nervioso por primera vez en la vida (recordemos que creo (firmemente) que tengo 26 años). Porque como ya he dicho, yo soy la tranquilidad personalizada. Y el cuadro tuvo que ser digno de admirar; yo en la cama (desnudo, para más señas), rasgando la colcha (de Ikea, por supuesto) con un ataque de histeria que ni la María Barranco en la peli del gazpacho (un beso, Juanjo, tengo ganas de verte, tía). Y dije cosas feas, y grité mucho y muy fuerte (sorry, vecinos). Pero es que me sabía perdida... Y cada una saca la rabia como buenamente puede (y sabe). Mi alemán, como buen teutón, es implacable. Y como haya decidido algo, te puedes dar por jodido. Por eso nos llevamos tan bien, porque yo, como buen español, soy todo lo contrario. Y si por mí fuera esto seguiría lleno de cajas. "Y es que (hablaría mi conciencia, esa a la que mi persona manipula) no hace ni un mes que nos hemos mudado, joder".
Acabamos en Ikea, por supuesto. Cuando llegamos a casa llovía de lo lindo... Descarga las mil cajas, acaba sopa perdida, súbelas a casa (todo superagradable) y si te has creído que ahí se ha acabado el infierno, estás bien equivocado, querido. Después hay que montar todo y ese es el verdadero calvario para mí, y para el resto de la sociedad, al menos que te llames Olaf y seas alemán (ver post "Ikea).
Aunque esta vez mi alemán, después de ver la que armé con la cajonera, me ha asignado una lámpara (de las de papel) y me ha asegurado que un niño de 5 años podría montarla sin posible error. Lámpara, check! Me: happy (y ocioso después del éxito). Veo a Olaf liadísimo montando una estantería y decido irme a Chez Boris (antes de que me pida que mote algo más y por supuesto sin avisar). Lilo, que me ve salir, me mira con cara de "mira que eres zorra, guapa. Y vaga... también eres muy vaga" (y es que Lilo es muy expresiva).
Pero vosotros seguro que me entendéis... Y es que tanto estrés me tiene sediento perdido.

sábado, 23 de abril de 2011

Aquí huele a...

Lilo, la muy cerda, se ha cagado cerca de nuestros nuevos árboles y no encontramos dónde... Y la mierda de gato es letal. Creo que mientras nos tomábamos el café en Chez Boris, ha enterrado el moñigo y se descojona de nosotros (claramente) mientras buscamos sin parar (y sin éxito).
A todo esto, os informo de que hemos agrandado la familia con: dos olivos, una higuera, un naranjo (sin Mónica) un rosal y varias hierbas muy ricas (albahaca, tomillo, perejil... Todo, menos marihuana )... Y es que mi alemán cree que no va a crecer en el "winter garden" (sí, hay que ser homosexual para tener un jardín de invierno), que es como llama él a la ex terraza ahora cubierta. De todas formas yo lo voy a intentar sí, o sí. No suelo fumar porros, porque me entra mucha hambre y zampo como si no hubiera un mañana, pero me parece un plus importante para con los invitados;
quieres beber algo, fumar hierba, o nos ponemos a follar directamente? (un beso, mamá, jajajaajajaja).
A lo que iba, que me pierdo fácilmente. Al lado de la higuera huele a caca felina... Y yo adoro a Lilo (como animal y como hija), pero no me gusta el olor de sus heces. Siempre que me pongo escatológico, recuerdo las conversaciones de los últimos meses en Nintendo con melancolía... Participaban los seis, pero sin duda los aventajados eran: Diego la pezones,(que es el tío más heterosexual que conozco, aunque hable de sí mismo en femenino), Carlos (me parte las piernas si pongo su apodo) y Rubén (la Gollum), cuando se dignaba a aparecer. Me hacían contar las historias por lo menos una vez por semana y se descojonaban a mandíbula batiente.
Yo creo que la de caca champán la he contado al menos 153 veces... a cada uno. Y es que es simplemente imbatible.

viernes, 22 de abril de 2011

El súper

Vuelvo del súper de al lado de casa con una sonrisa que ya le gustaría a la Kidman. Y es que, Montpellier carece de wifi hotspots (o como dicen los franceses "point chaud", que no puede sonar más ridículo, en esa obsesión de obviar los extranjerismos), pero tiene todos los productos que he echado de menos en Alemania. Pipas; check, gazpacho El Valle; check, quicos; check, aceite de oliva (a precio razonable); double check. Estoy preparado para una noche de viernes perfecta: aunque creo que pasaré sin beberme el aceite de un copazo, que bastante tengo con lo que tengo.

Cena de hoy por mi alemán (véase, Olaf a partir de ahora): tartar de salmón, pasta con frutos del mar (jajajajajajajajajajajaja), cheesecake con arándanos, botella de vino blanco y a correr (eso mañana, que no quiero volver a ser Chenoa, expresión que siempre me recordará a mi amigo Diego, al que adoro).

Pobre Ángel, pobres hijos... No me extraña que ahora se llamen "El Gabildo". Y es que tener como apellido "Sarasa" tiene que joderte la vida desde el principio . Una aceituna a su salud y un beso a toda esa familia.

Ana y Abel

He empezado Historias de Chueca, escrito por Abel Arana, cedido por mi hermano Iñaki y leído por todo maricón que se precie. En las terrazas de Montpellier, la gente piensa que estoy loco (por los ataques de risa que me entran con la novela), y no les falta razón.
La relación (no carnal, malpensadas de mierda) con Abel comenzó hace años. No recuerdo muy bien cómo Arrate y yo descubrimos su columna... Abel nos sorprendió y enganchó desde el principio, con ese estilo único y esa pluma (jajajajajajajajajajajaja) viperina... Pero lo que de verdad nos dejó atónitos fue que contestara al correo que le mandamos felicitándole por sus escritos... Y es que cierta gente pierde la educación cuando el éxito aparece. No es el caso.

Además, a través de Abel descubrí a Ana Mazuecos y su blog Divorciadas Desquiciadas... Soy fans del blog sin parar. Y de Ana, claro. Yo creo que todos tendríamos que tener una Mazuecos en nuestra vida... Pero buscaos la vuestra, que esta ya está pillada, jijiji.
La cerda de ella (bien sabe que se lo digo desde el cariño) está en Murcia, en la playa, desnuda(seguro) y espatarrada (como si la viera), dedicándose a la vida contemplativa y a la cata de vino blanco (o de lo que la dejen, vamos). Y por no hacer, no contesta ni al teléfono. Me parece muy bien, porque de vez en cuando todos necesitamos un descanso de nuestras amigas... Sobre todo si son tan intensas como yo.

Me voy a la cama que tengo cuerpo de siesta... La playa me deja agotado, tías.

Ana McZuecos Room

Me escribís varios correos (en la cara, jajajajajajajajajajajaja. Un beso, mamá) para decirme que McDonalds se escribe con "a" entre la mayúscula y la ce... Yo, que ante todo me sé superior, paso total y pienso que si eso es así, mi McDonalds se escribe sin "a" y que podéis decir misa en gallego for what I care. No podéis pretender que me aprenda el nombre de ese infierno, situado en el extrarradio, después de mi primera visita en 26 años, que es la edad que creo que tengo. Qué pasa, que no tenéis nada mejor que hacer que corregirme, so perras?

(Comentario a poteriori a las dos que me habéis escrito: se escribirá con "a" intercalada en vuestro pueblo, cacho de paletas.)

Hoy he estado arreglando la habitación de la McZuecos (sin "a", y con dos cojones), que es como la he bautizado. Es al igual la habitación del Capó, del y la González, de la Sánchez, de las Anas, del Arana, de la Bellafont o de la Sobrino... Es VUESTRA habitación, la chambre de la familia. El palacete is ready and expecting you, bitches!
En principio Juan llega en dos semanas, lo que me llena de alegría, porque le adoro. Y encima Olaf no está... Tiembla, Montopellier, querida. Porque Montpellier es mujer sin duda alguna... El número de chulos por metro cuadrado en esta ciudad es insuperable... Quizás, solo Gina pueda decirme lo contrario, porque he oído que donde ella vive, el escándalo es continuo, continuado, largo, gordo, duro y potente (y olé). No os voy a decir dónde es, porque sois todas unas frescas y le intentáis robar el pescado... Y eso sí que no.

Lo de Internet y teléfono en casa, tardará todavía un tiempo, porque si nada es tan fácil como parece, en Francia eso se eleva a la enésima potencia. Con lo cual, os vais a tener que esperar un poco para que os pueda aburrir con 253 llamadas al día... A cada uno. Me podría importar y ponerme triste por no oír vuestra voz, but then again, vuelvo de comer marisco en un restaurante con vistas al mar.

jueves, 21 de abril de 2011

Mi Colo

Hoy es un día muy especial, hoy 21 de abril, cumple años mi Colo. Y ha tenido un año jodido, pero está mejorando sin parar. Ha luchado contra el mal como una campeona... Y aunque yo siempre le dé caña y le diga que no se queje (porque soy un poco cabrón), lo cierto es que estoy muy orgulloso de ella.
Un beso muy grande, mamá. Te quiero mucho.

A todo el resto, lo primero, gracias por los comentarios... Me han suprimido temporalmente el blog (?), pero he conseguido volver y pienso hacerlo con fuerza y dándolo todo. Una entrada está ya escrita sobre la habitación de la Mczuecos, pero hoy me parecía importante que mi madre fuera la auténtica protagonista del blog, porque la adoro.

Sus echo a tós un puñao de menos.

lunes, 18 de abril de 2011

Ikea

Hoy iba a contar mis experiencias en Ikea, y mi idea de acudir el sábado (no faltamos ni jueves, ni viernes) con una recortada y silenciar a jóvenes y a mayores por igual, solo dejando viva una cajera, porque puedo tener instintos asesinos cuando me enervo (por ejemplo en Ikea, 1,2,3 responda otra vez), pero no nací muy ladrona (aunque me pongan burro la idea del hurto). Sin embargo, visto lo visto, he cambiado de opinión...

He decidido hablaros de la eficacia alemana. Y es que señoras, llegamos el miércoles y hoy lunes, no queda una caja sin deshacer en casa. Qué cómo es posible??? Das weiss ich nicht, pero parece que estamos instalados en el palacete (ya perdí la vergüenza) desde hace un par de años. Por no haber, no hay ni rastro de las cajas de Ikea (cocina entera, varias estanterías, mesa, sofá, etc...). Acojonante, del verbo acojonar.
Yo he ayudado sin parar y estoy megaorgulloso. Monté una cajonera:
4 partes que resultaron en: dos maderas mal puestas, el panel del revés y marcas de clavos por todas partes... Pa habernos matado, señora.
Pero eso no es lo peor.. Lo peor, sin duda, es que llamé ufano a Olaf para decirle que había sido súper capaz de montarla y que estaba altamente satisfecho de mí mismo (de verdad así me sentía), y que creía que había superado mi torpeza Ikeal para siempre.
Todavía se ríe, el muy cabrón. Al ver el disparate, me dijo que mejor me dedicaba a poner la ropa en el armario (ya montado por él mismo, of course). Me lo tomé bien, porque no me quedaban más cojones. Salvó la cajonera, aunque parece que a la pobre alguien la utilizado como diana. Yo triunfé como shop girl sin parar.

Y es que no me canso de decirlo, amigas. No sabéis lo que es vivir en este cuerpo.

sábado, 16 de abril de 2011

Wi-Fi VS Uganda

He recibido un par de sms pidiendo que vaya guardando mesa en Chez Boris, por lo que entiendo que habéis recibido mis correos... Me lo paso bien escribiéndolos y de paso os mantengo informados. Hoy toca tema internet. Os lo contaré por mucho que me joda y se vaya mi glamour a tomar por culo (como ves, mamá, los colegios suizos no sirvieron de mucho y cada día hablo peor...). 
Resulta que en esta preciosa ciudad, NO EXISTEN las zonas wifi. Me han contado que en algún pueblo de Uganda, tienen mejor cobertura de internet, y yo me lo he creído. Así, con dos cojones. Sin embargo, no iré a comprobarlo, porque según me han contado también, allí no aprecian mucho a los hombres sensibles (DO " Abel Arana")... Incluso pretenden que los maricones somos todos coprófagos y practicamos el fist fucking sin parar (un beso, mamá).

(Voy a centrarme, que el tema anal da mucho de sí,nunca mejor dicho jajajaja, y de so hablaremos otro día). 

Bien, a lo que iba; que en Uganda serán muy brutos, pero que tienen mejor red de telecomunicaciones que en Montpellier, eso seguro. Eso es así 100%, y punto. Porque vamos, que con lo que yo soy, haya tenido que acabar en un McDonalds de un centro comercial situado en una zona industrial, clama al cielo. Y es que en el de al lado de casa, no han tenido a bien poner internet. Yo creo que lo hacen para recordarte que no eres nadie y que si quieres surfear por la cara, te vas a tener que arrastrar, o pagarte el de casa (estoy en proceso, pero tardan 2 semanas en instalarlo). Y claro, no me ha quedado otra y he tenidos que dar mi brazo a torcer... Tanto que ya no solo tengo la muñeca rota.
Si que me vean en el McDonalds ya me jode, así de normal, imaginaos si me tengo que volver poligonera para mandar unos cuantos correos.

Al lado del McDonalds había una bolera... Con eso os lo digo todo.

Chez Boris

Chez Boris es un bar restaurante situado al lado de nuestro nuevo portal... Es un sitio elegante, con una terraza espléndida, donde los camareros te saludan "Bonjour, monsier" cada vez que te ven... En mi caso, y al ser tan inquieto, unas 27 veces al día. Ayer decidimos pararnos a comer, tentados por las ensaladas que veíamos en las mesas al salir de casa. No nos equivocamos; estaban muy ricas, al igual que la cerveza... Esto es vida, pensé yo hasta que llegó la cuenta. 49 euros por dos ensaladas y cuatro cervezas pequeñas (dos cada uno, se entiende). 
- Olaf; tenemos que ir urgente al Carrefour, fue lo único que se me ocurrió decir.

Siesta (13 minutos), Ikea (3,5 horas por esa obsesión que padece Olaf por el  gigante sueco), supermercado, media hora. Nevera llena; check! Y encima nos traen la cocina esta tarde, cuando nos dijeron que iban a tardar de 8 a 10 días (perdona?). El que nos atendió no era gay, era lo siguiente y yo creo que le gustamos. Bueno, el que nos atendió, y todo el resto de la plantilla... Me veo trabajando en Ikea, yo que no sé montar una silla si viene separada en más de dos partes. 

Esta mañana, he escrito desde la cama, me he ido a luchar para conseguir que nos dieran de alta en el gas y la electricidad (gas, check. Electricidad, not yet), seguido de un tour fotográfico de la ciudad. Enfrente de casa, en la plaza han empezado dos días culturales de Cataluña. Estoy hasta el higo, y solo llevan tres horas... Los cantos y bailes regionales no son lo mío. Pero lo de las rosas rojas me encanta... Y han llenado las calles, qué alegría!

Como soy un pijo de mierda, en vez de beberme una cerveza en casa, ,me he parado en la terraza de Chez Boris, desde donde escribo. 

Como se entere Olaf después de la que monté el otro día con la cuenta, me casca.

Petit dejeuner

Me despierto pronto después de soportar el ruido con el que Olaf decide darme los buenos días... Caja arriba, caja abajo, no para hasta que me levanto. Son las nueve... El sol brilla, tengo hambre, sueño y legañas. Ayer en la plaza de al lado que tenían una "fórmula desayuno"; café, zumo, croissant (me niego a escribirlo a la española) y pan con mantequilla y mermelada: 4,50 por persona... Y es que me estoy dando cuenta de que los franceses pueden ser extremadamente moderados con los precios, o viceversa... Todavía no les he pillado ese punto medio que supongo existe.
Después del café al sol, decido volver a casa y deshacer un par de cajas. Empiezo por mi bolso (el marrón que mi padre adora, jajajaja), porque pesa un quintal. Lo primero que saco es un marco que Iñaki me dejó el último día encima de la cama. En él hay fotos de las cuatro Másqueperras (el susodicho, lo Ana, la Ana y Juan)... Y como no me gusta un drama, se me llenan los ojos de lágrimas, porque les echo rabiosamente de menos... Es lo que tiene ser familia. En el momento en el que se me va a caer el lagrimón, me acuerdo de la excelsa loca de mierda y suelto en alto: "me quise hasser la revolussionaria y me vine a Franssia; me cago en mí misma por querer cambiar". Y en vez de llorar, se me dibuja una buena sonrisa en la cara y pienso que la vida es, a veces, maravillosa.

Desequilibrado, yo? Qué va, para nada.

Allez les bleus!

Sí, he llegado... Y todo ha ido cien mil veces mejor de lo que podía haber imaginado. Quisimos dormir el lunes hasta la una de la mañana y conducir 10 horas así del tirón, con dos cojones... Acabamos saliendo a las diez de la noche, porque somos lo que somos; un poco impacientes, demasiado estresados y cero relajados... Sobre todo, yo. Condujimos hasta las tres de la mañana... 500 km menos... Pero los ojos se cerraban y el miedo a quedarnos sopa al volante con el gato detrás nos acojonaba... Ahora que lo pienso, jamás hablamos de nosotros, de que si nos la dábamos, bye bye a la Olivia y a la Danuta... No, eso no lo tuvimos en cuenta, al menos de boquilla. Nuestra máxima preocupación durante el viaje fue la gata... Y es que es lo que tiene ser padres... Y maricones, claro.

Viendo que Lilo (la gata) estaba bien (como pa no estarlo), nos paramos a descansar a las tres en un parking de camiones... A mí me dio un punto de morbo y terror (es lo que tiene vivir en esta mente) que me encantó, y después de oír hacer sus ruidos a Olaf (lo que confirma que duerme, y que contaré otro día), y asegurarme de que ningún camionero venía a violarme o a robarme (y es que a mí me da morbo hasta un parking de autopista), me quedé frito. A las tres horas, ya despiertos y muertos de frío, nos pusimos de nuevo "en route"... Amanecía, frío y cielo azul... Qué más se puede pedir?
Llegamos a Montpellier a las 11:30... Olaf conduciendo mientras yo le horrorizaba cantando el imposible "Divina de la muerte" en un claro guiño a mi viaje a Madrid hace unos meses... Y a Ana. Y es que Abel, después de una noche de risas y alcohol dijo que éramos la Azúcar Moreno de la intelectualidad... Ahí queda eso.
El de la inmobiliaria llegó a las doce, como previsto... El camión de la mudanza a las doce y cuarto, media hora antes de lo acordado ( sabéis lo que significa "antes" o "puntual", aspañoles?), jajajaja.
Y fue "dit i fet", que se dice en mallorquín... A las dos y cuarto todas las cajas estaban en el apartamento (me corto y no le llamo palacete, porque tengo algo de vergüenza, de momento), la lavadora enchufada, la nevera soltando su frío polar, la gata escondida porque no entendía nada y yo, encantado de habernos conocido.

El primer día dio poco de más... Bueno... Fuimos a ver el mar desde una playa preciosa donde había un bar que copiaba las formas de los chiringuitos de las playas de Ibiza... Y sus precios. 6 euros por un botellín de cerveza... Perdona??? Vamos, que el camarero me lo tuvo que repetir tres veces... Doce euros. Pues nada, majo... Aquí ni vuelvo, ni me pido nada más en las próximas dos horas, que el sonido del mar me relaja y tú ya te has llevado la propina de la semana, cacho de cabrón. Dos horas más tarde tuvimos a bien irnos a cenar estupendamente back in Montpellier... Cassoulet de canard y cock (jajajajajajajajajajajaja) au vin.

Creo que me va a gustar esta ciudad.

Mil besos,

Dani