martes, 19 de julio de 2011

Sol, playa y calor... o todo lo contrario

Soy una zorra. Bueno, mejor dicho, soy una pedazo de zorra. No ejerzo a tiempo completo, pero eso no quita que sea una zorra de todos modos. Detrás de este aspecto de ninyo bueno con sonrisa angelical y siempre dispuesto a ayudar, se esconde nada menos que sor satanasa camuflada. Y es que a veces soy más mala que Aída Nizar... me explico que no me gustan las malentendidas (jajajaja); a mí, de vez en cuando, me da por reírme de las desgracias ajenas. Nunca de las graves (porque soy una zorra, no una hija de puta), pero algunas leves sí que me hacen mucha gracia... Como muestra, un resbalón. A quién no le hace gracia una buena hostia de un desconocido (si es amigo, mucho mejor) por la calle? Yo me meo. De hecho, a veces me corto de ir a levantarles del suelo, porque no me controlo, y me da mucho corte reírme en sus caras. Recuerdo una vez que eso me sucedió a mí ("eso" me hizo mucha menos gracia, por supuesto). Era verano y había obligado a mi santa madre a comprarme un conjunto de lino blanco (que iba a combinar con unas chanclas divinas que todavía tengo) para salir (bien ridícula) ese fin de semana. Bien, pues así fue... Era todavía la época en la que ir al banyo del Black Cat (ese antro llamado discoteca) era más peligroso que seguir las directrices del papa en cuanto al uso del condón. Pero claro, una tiene que mear en algún momento (sobre todo si tu apodo es Boba Esponja)... y bajé las escaleras de ese garito... y llegué a la planta de abajo (donde un váter (preciosa palabra) se había roto y había anegado el suelo)... y resbalé... y me caí con mis dos metros de maricón en ese suelo lleno de agua de color negro y olor apestoso... y el lino blanco rapido absorbió todo el charco... y eso fue un cuadro muy grande, porque además el banyo estaba situado al lado del cuarto oscuro y el batacazo no solo lo vio el 60 % de la disco, sino que también lo oyeron... Y claro, lo peor es que después, disimular es imposible (el lino se pone fatal cuando se llena de mierda, jajajajaaja)... y ligar, mucho menos (claro). Creo que desde ese día, me llaman Miss Cloaca; que es un mote precioso y me encanta.

Bueno, a lo que iba; que soy una zorra. Y es que desde ayer hace mal tiempo en Montpellier... y eso sí que me hace gracia. Es como cuando hace frío en Mallorca, o llueve en Canarias. Me descojono. Y es que me imagino esas hornadas de turistas (de los pobres), que han pillado un last minute y han pagado dos duros por ir al sol, en una habitación de 6 metros cuadrados que comparten con sus dos hijos (gordos) y su marido (que ronca y apesta). Y claro, si hace buen tiempo, pase, porque se van a la playa, donde los ninyos juegan y se queman al sol (si son holandeses se quedan rosas, como cerditos que es una cosa que me hace mucha gracia también), mientras el marido se empalma boca abajo viendo las tetas de la vecina de toalla y la senyora suenya con un futuro mejor muy lejos de su familia (que es una cosa que hacen las mujeres a menudo, según mi amiga Lo Ana).

Pero, claro, si hace malo... ahí es cuando empiezan los problemas para ellos y las risas para mí, porque me imagino a esa familia, en ese hotel infame, con esa comida infecta y ese alcohol de garrafón, metidos en esa habitación de 6 metros cuadrados durante esos días de mal tiempo y es que meo. El anyo pasado llovió durante toda la Semana Santa en Palma de Mallorca y a mi madre, (que es tan buena como yo), le hizo mucha gracia, porque las procesiones no pudieron salir... y los turistas, tampoco.